Su corazón está con los niños
Como fundador y director de Pan de Vida, Carlos es el responsable último de todos los proyectos. Dirige todos los restaurantes infantiles de Perú, pero también prepara él mismo las comidas para los niños. Junto con la junta directiva, determina cómo Pan de Vida puede ayudar a más niños a tener un futuro esperanzador. Carlos y Mariela son padre y madre para los niños del hogar infantil, además de, por supuesto, cuidar de su propia familia.
Dios promete que quien da a un pobre no carecerá de sí mismo (Proverbios 28:27). Si seguimos dando, Dios promete que siempre habrá suficiente. Nuestro sueño es ayudar a miles de niños invirtiendo en su futuro. Tu contribución puede marcar una gran diferencia para uno de los miles de niños peruanos que realmente necesitan nuestra ayuda. En nombre de estos niños, me gustaría daros las gracias a todos por vuestro apoyo”. – Carlos van de Kamp
Carlos dice
Inicio
“Cuando miras a los ojos de uno de los niños de Perú, sabes que la ayuda que damos no es una gota en el océano. Una vez formé parte de ese grupo de niños sin esperanza ni futuro. Milagrosamente, Dios me envió a los Países Bajos para que me adoptaran. Después de tener un encuentro personal con Dios, sentí el deseo de volver al país donde nací para dar a los niños de Perú la visión de un futuro de esperanza.
En 2006, iniciamos el primer restaurante infantil en uno de los barrios más pobres de Arequipa. Hoy, más de 3.000 niños reciben alimentos en más de 40 restaurantes infantiles. Gracias al apoyo de nuestros patrocinadores que nos ayudan a ayudar a los niños de Perú. Cada día damos gracias a Dios por tantas personas bondadosas que nos ayudan a hacer posible esta labor.
“Sabe mi nombre”
Vea la conmovedora historia de Carlos, que es encontrado abandonado en Perú cuando era un niño de dos años y adoptado por sus padres holandeses. A los 20 años, lo deja todo para difundir el amor de Dios entre los niños más pobres de los barrios marginales de Perú.
“Un viaje maravilloso”
A los 20 años, Carlos lo dejó todo para ayudar a los niños más pobres de Perú. Al cabo de un año, su sueño parecía truncado y sólo tenía galletas para comer. En ese momento, su madre adoptiva se embarcó en una aventura extraordinaria. En este conmovedor documental, Carlos y Aukje cuentan cómo su milagroso viaje hizo posible que ahora miles de niños de Perú reciban alimentos cada día. Esta película ganó un premio Crown en América y en Europa.
